Maquillaje de las mejillas
Y es que las mejillas llegan a ser las conductoras de las miradas y, si por ejemplo se nos da mal y conseguimos solo un maquillaje redondeado en el color en mitad de las mejillas vas a parecer otra cosa y seguro que eso no es lo que buscas).
Las mejillas han de maquillarse siempre en oblicuo, es decir, inclinado, y siempre aplicando el maquillaje, ya sea mediante polvos o mediante crema de abajo a arriba, del mentón a los ojos, ya que, si lo hacemos al revés, lo que conseguimos es apagar la iluminación natural de nuestra cara y hacer que nos veamos tristes cuando queremos mostrar lo contrario.
Si no sabes aplicarlo piensa en esto. Coloca la esponjita o la brocha en la comisura de los labios (sin presionar) y ahora pinta hacia arriba, pero como si estuvieras quitándote algo de la cara, sin frotar ni nada, solo dar unos pequeños toques lo suficiente para que los polvos se adhieran a tu piel y den un leve brillo sin llegar a ser demasiado visible o no se mezcle bien con el resto de tu cara.
De esta forma conseguirás unas mejillas sonrosadas (o del color que quieras maquillarlas sin mucho esfuerzo y si parecer una «pepona»).